jueves, 20 de junio de 2013

Frío o calor...



¿Frío o calor? ¡Qué gran dilema!

Muchas veces los pacientes nos preguntan en consulta que no saben si es mejor aplicarse calor o frío en aquellas zonas que sienten molestias, por ello hemos decidido tratar de aclarar esta gran duda, esperemos que os resulte interesante y ponga fin al gran temor de estar haciéndonos más mal que bien.

Vayamos por partes:

  • El frío o también conocido como crioterapia, nos ayuda a la hora de aliviar el dolor por tener acción analgésica, baja la inflamación y reduce el espasmo muscular inmediatamente después de haber echo un gran esfuerzo.



¿Cuándo lo aplicaremos? En caso de traumatismos, hematomas, esguinces, tras un entrenamiento intenso sobre articulación o músculo. Siempre aplicaremos el frío cuando hayan pasado menos de 3 días (72 horas) desde que nos lesionamos.
¿Cuándo no lo aplicaremos? Sobre heridas abiertas o hemorragias, en caso de infección, si presenta sensibilidad al frío, trastornos vasculares periféricos o si se padece enfermedad de Raynaud.




  • El calor o también conocido como termoterapia nos ayuda para reducir el dolor muscular y articular, baja la presión arterial con lo que hay que tener cuidado, es sedante y relajante.




¿Cuándo lo aplicaremos? Siempre que no exista hinchazón en lesiones musculares y dolores articulares.
¿Cuándo no lo aplicaremos? Con inflamación (la zona se verá de color roja, estará más caliente que el resto del cuerpo y presentará hinchazón), en caso de hemorragia o traumatismo reciente (aplicaríamos frío) y en aquellas personas con alteraciones de la sensibilidad.



¿Cómo se aplican?

  • Tanto el frío como el calor se deben aplicar menos de 30 minutos seguidos, es recomendable poco tiempo y muchas veces que una sola vez de 2 horas ¿por qué? Debido a que obtendremos el efecto contrario, por ejemplo: al aplicarlo sobre la musculatura no se relajará y se incrementará más el dolor.
  • Si aplicamos frío se debe evitar el contacto directo con la piel porque puede quemarnos, siempre usaremos un paño fino para protegernos.
  • El calor lo podemos aplicar con una manta eléctrica o introduciendo la zona afectada en un barreño con agua caliente e incluso podemos aprovechar cuando nos duchamos para incidir con el chorro de agua en la zona que más nos interese.
  • El frío es típico que los deportistas tengan una bolsa de guisantes para ponérsela en la zona deseada (pero recodad hacedles una marca para no cocinarlos, nunca deberemos comer productos descongelados y vueltos a congelar) también existen bolsas de gel que se meten en el congelador o podemos aplicar cubitos de hielo. 
Esperamos que el artículo os haya resultado interesante, si tenéis alguna duda consultadnos.

Un saludo,

El equipo de Cuerpo Sano Fisioterapia


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